Cuidar a una persona en situación de vulnerabilidad no es una tarea fácil. Es un deber de humanidad y una expresión de responsabilidad, pero, a la vez, una fuente de aprendizajes y de crecimiento en muchos sentidos.
Una actividad asistencial incluye una acción encaminada a hacer para otro lo que él solo no puede hacer, consiste en dar respuesta a sus necesidades básicas. En este proceso tienen mucha relevancia los detalles, las cosas pequeñas, los gestos minúsculos que atesoran un gran significado y pueden tener un poder simbólico curativo. Los pequeños detalles hacen amable la vida y dan sentido a cada momento.
Actuar éticamente es pensar en el otro, anticipar sus necesidades, darse cuenta de que existe y responder a sus solicitudes. La ética se contrapone, pues, a la indiferencia, al hecho de pasar de largo, exige una respuesta. En esta respuesta está en juego la misma humanidad. |